Esta exposición reúne más de medio centenar de obras realizadas en la segunda mitad del siglo XX por el escultor Eduardo Chillida, donde se pone de manifiesto la importancia del papel, no sólo como modelo para su producción escultórica, sino como obra definitiva: dibujo, grabado, collage. Sus primeros dibujos exploraron el camino a la abstracción cuando realiza collages con papel quemado y sigue con sus caligrafías de tinta negra sobre papel blanco, como los grabados de la serie Gezma (1969) que figuran en esta exposición. Los dibujos lineales de manos de Chillida también exploran los límites del espacio, tema que aparece en los inicios de su carrera cuando observa el movimiento de la anatomía humana.